111 aniversario de la Revolución mexicana

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Versión estenográfica. 111 aniversario de la Revolución mexicana: la primera revolución social del siglo XX

Acto encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador en la Ciudad de México

MODERADOR: Damas y caballeros, se encuentra en esta Plaza de la Constitución el licenciado Andrés Manuel López Obrador, presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, quien se dirige a la escolta de bandera para saludar a nuestro lábaro patrio.

(SALUDO)

MODERADORA: El presidente de los Estados Unidos Mexicanos y comandante supremo de las Fuerzas Armadas pasará revista a las tropas que desfilarán ante el pueblo de México. Lo acompañan el general secretario de la Defensa Nacional y el almirante secretario de Marina.

MODERADOR: La banda de música monumental interpretará la marcha Revista presidencial.

(REVISTA DE TROPA)

MODERADORA: De conformidad con el Reglamento del Ceremonial Militar, se rendirán los honores al presidente de los Estados Unidos Mexicanos y comandante supremo de las Fuerzas Armadas.

(HONORES)

MODERADORA: Preside esta ceremonia conmemorativa al 111 aniversario del inicio de la Revolución mexicana, el presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Andrés Manuel López Obrador.

MODERADOR: Integran el presídium:

La doctora Beatriz Gutiérrez Mueller, esposa del presidente de México.

MODERADORA: General Luis Cresencio Sandoval González, secretario de la Defensa Nacional.

MODERADOR: Almirante José Rafael Ojeda Durán, secretario de Marina.

MODERADORA: Doctor Arturo Zaldívar, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

MODERADOR: Senadora Olga Sánchez Cordero, presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores.

MODERADORA: Licenciado Marcelo Ebrard Casaubon, secretario de Relaciones Exteriores.

MODERADOR: Doctora Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de gobierno de la Ciudad de México.

MODERADORA: Licenciada Rosa Icela Rodríguez Velázquez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana.

MODERADOR: Licenciado Adán Augusto López Hernández, secretario de Gobernación.

MODERADORA: Licenciada Alejandra Frausto Guerrero, secretaria de Cultura.

MODERADOR: Maestra Delfina Gómez Álvarez, secretaria de Educación Pública.

MODERADORA: Y comisario general Luis Rodríguez Bucio, comandante de la Guardia Nacional.

MODERADOR: También contamos con la presencia de funcionarios, generales y almirantes de las secretarías de la Defensa Nacional y de Marina.

MODERADORA: Agregados militares, navales y aéreos de países amigos.

MODERADOR: Representantes de medios de comunicación y quienes nos siguen por internet a través de las redes sociales.

Reciban todos la más cordial bienvenida.

La revolución de 1910 transformó a las fuerzas de tierra, mar y aire. Su nueva organización de enfocó en una organización castrense y académica, priorizando valores y virtudes militares como guías de conducta en todos los actos del servicio.

Por consiguiente, nos llena de orgullo y motivación que en el marco de la conmemoración de la Revolución mexicana se entreguen en esta ceremonia y en otras similares, en las regiones militares, y navales en que se divide el país condecoraciones de perseverancia, mismas que premian a los miembros en activo de las Fuerzas Armadas por sus servicios ininterrumpidos e insignias a integrantes del Ejército, Fuerza Aérea, Armada y Guardia Nacional, quienes con esta fecha ascienden al grado inmediato.

MODERADOR: De conformidad con el artículo 55, de la Ley de Ascensos y Recompensas del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, la Condecoración al Mérito Militar se otorgará por disposición del presidente de la República a militares o civiles, naciones o extranjeros, y tiene por objeto premiar a militares mexicanos por los actos de relevancia excepcional que realizan en beneficio de las Fuerzas Armadas del país.

MODERADORA: En esta ocasión, el presidente de la República entregará la Condecoración al Mérito Militar en grado de Orden, que se otorga a mandos supremos y altos mandos o sus equivalentes.

MODERADOR: Del mismo modo, y por acuerdo presidencial, recibirán la Medalla a la Honestidad, la cual es un símbolo que presenta la integridad, confianza, valentía e identidad del pueblo de México, misma que es otorgada a los servidores públicos, cuya honradez y honestidad brindadas a la población constituyen un ejemplo del compromiso hacia nuestro país.

MODERADORA: Recibe el general Luis Cresencio Sandoval González, secretario de la Defensa Nacional. 

MODERADOR: Recibe el almirante José Rafael Ojeda Durán, secretario de Marina. 

MODERADORA: De acuerdo con el artículo 7º de la Ley de Ascensos y Recompensas del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, los ascensos en tiempos de paz tienen por finalidad cubrir las vacantes que ocurran en los cuadros del Ejército o de la Fuerza Aérea con militares aptos y preparados para el desempeño del grado inmediato superior.

MODERADOR: El comandante supremo de las Fuerzas Armadas hará entrega de insignias a integrantes del Ejército, Fuerza Aérea, Armada y Guardia Nacional, a quienes con esta fecha ascienden al grado inmediato.

MODERADORA: Simultáneamente, los directores de las armas y servicios de la Secretaría de la Defensa Nacional hacen entrega de insignias y condecoraciones a generales, jefes, oficiales y tropa que el día de hoy se hicieron merecedores a ellas.

MODERADOR: Reciben insignias con su nueva jerarquía:

General de división diplomado de Estado Mayor Ricardo Trevilla Trejo, jefe del Estado Mayor conjunto de la Defensa Nacional.

MODERADORA: Almirante de Cuerpo General diplomado de Estado Mayor Fernando Alfonso Angli Rodríguez.

MODERADOR: General de División piloto aviador diplomado de Estado Mayor aéreo, Emilio Avendaño García.

MODERADORA: General de División diplomado de Estado Mayor, Inocente Prado López, jefe general de Coordinación Policial de la Guardia Nacional.

MODERADOR: General de División diplomado de Estado Mayor, Armando Montaño Ponce.

MODERADORA: General de División diplomado de Estado Mayor, René Trujillo Miranda. 

MODERADOR: General de División diplomado de Estado Mayor, Francisco Jesús Leana Ojeda. 

MODERADORA: General de División diplomado de Estado Mayor, Pablo Alberto Lechuga Orta. 

MODERADOR: Almirante de Cuerpo General diplomado de Estado Mayor, Abraham Eloy Caballero Rosas. 

MODERADORA: General de División diplomado de Estado Mayor, Enrique Dena Salgado.  

MODERADOR: Almirante de Aeronáutica Naval piloto aviador Diplomado de Estado Mayor, Juan José Padilla Olmos.

MODERADORA: Almirante de Cuerpo General diplomado de Estado Mayor, Javier Abarca García.

MODERADOR: Y almirante de Cuerpo General diplomado de Estado Mayor, Raúl Pérez Vázquez.

MODERADORA: Reciben condecoraciones al Mérito Deportivo y ascensos los deportistas que obtuvieron los primeros lugares durante los Juegos Olímpicos de Tokio 2020:

MODERADOR: Subteniente auxiliar de Educación Física y Deportes, Alejandra Valencia Trujillo, quien obtuvo medalla de bronces en la disciplina tiro con arco.

MODERADORA: Sargento primero auxiliar de Educación Física y Deportes, Luis Antonio Álvarez Murillo, por haber obtenido medalla de bronce en la disciplina de tiro con arco.

MODERADOR: Cabo auxiliar entrenador deportivo, Gabriela Belem Agúndez García, quien obtuvo medalla de bronce en la disciplina de clavados en plataforma de 10 metros sincronizados.

MODERADORA: Cabo auxiliar entrenador deportivo, Alejandra Orozco Loza, obteniendo medalla de bronce en la disciplina de clavados en plataforma de 10 metros sincronizados.

MODERADOR: Y soldado auxiliar de Educación Física y Deportes, Jorge Martín Orozco Díaz, quien obtuvo el cuarto lugar en la disciplina de tipo deportivo en fosa olímpica.

MODERADORA: El presidente de la República hará entrega de la Condecoración de Perseverancia Institucional, Extraordinaria y Especial, al personal del Ejército y Fuerza Aérea, y excepcional de segunda y tercera clases a los integrantes de la Secretaría de Marina que han prestado 45, 40 y 35 años de servicios ininterrumpidos.

MODERADOR: Reciben:

General de División diplomado de Estado Mayor Gabriel García Rincón, oficial mayor de la Secretaría de la Defensa Nacional. 

MODERADORA: Contralmirante de Cuerpo General diplomado de Estado Mayor, Abdul López Madrigal. 

MODERADOR: General de División diplomado de Estado Mayor, José Alfredo González Rodríguez.

MODERADORA: Comisario Miguel Antonio Sánchez Blancas.

MODERADOR: General de Grupo piloto aviador diplomado de Estado Mayor Aéreo, Alberto Flores Florián.  

MODERADORA: General de Grupo Piloto aviador diplomado de Estado Mayor Aéreo, Luis Uriel Guerrero Olvera. 

MODERADOR: General de Brigada diplomado de Estado Mayor, Ernesto José Zapata Pérez.

MODERADORA: General de Brigada diplomado de Estado Mayor, Arturo Coronel Flores.

MODERADOR: Capitán de Navío de Cuerpo General Infantería de Marina diplomado de Estado Mayor, José Martín Díaz.

MODERADORA: General de Brigada de Justicia Militar y licenciado, Hilario Mejía García.

MODERADOR: General de Brigada diplomado de Estado Mayor, Carlos César Gómez López.

MODERADORA: Y capitán de Navío de Cuerpo General diplomado de Estado Mayor, Rodolfo Guadalupe López Jiménez.

MODERADOR: En reconocimiento al personal ascendido y condecorado, la banda de guerra ejecutará el toque militar Tres de Diana.

(TOQUE MILITAR)

MODERADORA: Hace uso de la palabra el general Luis Cresencio Sandoval González, secretario de la Defensa Nacional. 

LUIS CRESENCIO SANDOVAL GONZÁLEZ, SECRETARIO DE LA DEFENSA NACIONAL: Licenciado Andrés Manuel López Obrador, presidente de México y comandante supremo de las Fuerzas Armadas.

Doctora Beatriz Gutiérrez Mueller, esposa del señor presidente.

Senadora Olga Sánchez Cordero, presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores.

Ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Doctora Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de gobierno de la Ciudad de México.

Secretarias y secretarios del Gabinete de la República.

Invitados especiales.

Agregados de defensa militares, navales y aéreos acreditados en nuestro país.,

Jinetes de las delegaciones extranjeras que participan en el desfile.

Integrantes de los contingentes montados, asociaciones de charros y carros alegóricos de diversos estados de la República.

Mujeres y hombres condecorados del Ejército, Fuerza Aérea, Armada y Guardia Nacional.

Compañeros de armas.

Apreciables familias que hoy nos acompañan.

Representantes de los medios de comunicación.

A todos, muy buenos días.

Doy la más cordial bienvenida a las delegaciones de Argentina, Ecuador, Guatemala, Italia, Perú y República Dominicana que con gran disposición están aquí presentes para participar en el desfile cívico militar conmemorativo al aniversario del inicio de la Revolución mexicana. 

Agradecemos su presencia con la que engalanan esta conmemoración, siendo muestra de la fraternidad que une a nuestras naciones. De igual manera, recibimos también con mucho gusto a los contingentes, asociaciones de charros y carros alegóricos de los 32 estados de la República.

Con mucho gusto y ánimo se han sumado a esta columna de desfile todas estas organizaciones, poniendo de manifiesto el orgullo de ser mexicanos.

Las conmemoraciones históricas tienen una enorme importancia porque, además de permitirnos recordar sucesos trascendentales de la vida nacional, fortalecen nuestra identidad. Por consiguiente, el 20 de noviembre es una gran fecha de gran significado y valor histórico para todos los mexicanos en virtud que un día como hoy, pero 1910, se inicia la Revolución mexicana, y esta fecha nos encontramos reunidos aquí en la Plaza de la Constitución para conmemorar el 111 aniversario de ese movimiento social, político y económico que representó la tercera transformación nacional. Transformación que agrupó los anhelos de todos aquellos integrantes del pueblo mexicano ávidos de democracia, de justicia social e igualdad. 

Democracia para hacer valer la soberanía del pueblo y sus derechos políticos.

Justicia social como elemento primordial para la convivencia en paz y el progreso de la sociedad, y para que cada ciudadano tuviera acceso a mejores oportunidades para vivir con bienestar.

Igualdad para que todos los mexicanos gozaran de los mismos derechos sin distinción alguna.

Para cristalizar estos derechos, el Apóstol de la Democracia, don Francisco I. Madero, concibió y puso en ejecución el Plan de San Luis donde quedó plasmado el primer fundamento ideológico de la Revolución mexicana.

De este modo, a las 6:00 de la tarde del 20 de noviembre de 1910 iniciaría el movimiento revolucionario que, a la muerte de Madero, en 1913, continuaría don Venustiano Carranza, quien conformó al Ejército Constitucionalista, nombre que en el Plan de Guadalupe del 26 de marzo de 1913 se le dio a la fuerza organizada para restablecer el orden constitucional, que fue el origen de nuestro actual Ejército mexicano. Fuerza surgida del pueblo que luchó contra la ilegalidad del gobierno de Victoriano Huerta y con su triunfo apuntaló la promulgación de la Constitución de 1917, resultado del esfuerzo de valientes mujeres y hombres que dieron la vida por la patria durante la Revolución mexicana.

Así pues, una vez concluida la confrontación por medio de las armas, nuestro país se enfocó en la consolidación de las instituciones nacionales; entre ellas, las Fuerzas Armadas, que iniciaron un importante proceso para contar con soldados bien instruidos, con sólidos valores y una guía ética de conducta fundada en la disciplina para servir a la patria con honor y lealtad.

En este contexto, y debido a la importancia de esta fecha conmemorativa, dentro de las Fuerzas Armadas hoy se otorgan diferentes condecoraciones que recompensan el esfuerzo, la dedicación, los años de servicio y el compromiso institucional.

Asimismo, asensos a un grado más, que son el producto de los méritos realizados en la carrera, la buena conducta, la antigüedad y las largas horas de estudio para escalar un peldaño más en la escala jerárquica militar.

Con base en las leyes de asensos y recompensas del Ejército y Fuerza Aérea y Armada de México, en esta fecha se otorgaron condecoraciones de perseverancia por el tiempo en servicio prestado dentro de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Nacional a mil 860 mujeres y 12 mil 829 hombres. De igual forma, una subteniente, dos sargentos primeros, dos cabos y tres soldados obtuvieron la Condecoración al Mérito Deportivo por haberse distinguido en diferentes ramas del deporte. Asimismo, hoy ascendieron al grado inmediato 550 mujeres y tres mil 568 hombres entre generales, almirantes, comisarios, jefes, capitanes, inspectores y oficiales. 

A todos, les expresamos las más sinceras felicitaciones porque las condecoraciones y los ascensos representan un importante logro en la carrera militar y naval, lo cual ello sería imposible alcanzar sin el respaldo de sus apreciables familias, que también son merecedoras de nuestras felicitaciones y más amplio reconocimiento.

Las condecoraciones y los ascensos obtenidos constituyen realización, satisfacción personal y éxito profesional, para la familia son motivo de orgullo y para las instituciones a las que pertenecemos son certeza de contar con capital humanocomprometido y preparado para servir a la patria con disciplina, honor, lealtad y profesionalismo.

Tenga presente que México espera mucho de sus soldados, marinos y guardias nacionales, y la mejor forma de corresponderles es con trabajo eficiente y eficaz.

Señor presidente:

El próximo 1º de diciembre se cumplirán tres años de que inició su gestión al frente del Poder Ejecutivo. En estos tres años usted ha depositado su confianza en las Fuerzas Armadas y en la Guardia Nacional para la seguridad, el progreso de México y el bienestar del pueblo.

Para nosotros es un timbre de orgullo poder contribuir a la transformación que se está viviendo. Las bases están sentadas y se avanza con paso firme en el proyecto de nación que usted ha impulsado desde el inicio de su gobierno.

Tenemos presente el legado de Madero, de Carranza, y de muchas mujeres y hombres que hicieron valer el ideario social del movimiento revolucionario que hoy conmemoramos, porque sus convicciones son una valiosa guía en las acciones que se realizan actualmente para tener un país cada día más libre, más democrático y más justo.

Por ello, jamás escatimaremos en el servicio que prestamos a la patria, porque los esfuerzos que realice su gobierno tienen origen en las necesidades legítimas de la mayoría de los mexicanos. Así, pues, a punto de iniciar la segunda mitad de la administración y en el marco del 111 aniversario de la Revolución mexicana, los soldados, marinos y guardias nacionales le refrendamos nuestra lealtad y compromiso de seguir trabajando en los proyectos que se nos han encomendado con honestidad, integridad, disciplina y profesionalismo.

Tenemos claro que las Fuerzas Armadas son instituciones fundamentales para alcanzar los objetivos e intereses nacionales. En tal razón, a través de los sistemas educativos y de adiestramiento militares y navales, continuaremos fortaleciendo las capacidades que están orientadas al cumplimiento de ese fin.

Apreciable auditorio:

Cada una de las transformaciones nacionales ha significado un cambio profundo y ha tenido un propósito definido, el bien de la patria, particularmente, la Revolución mexicana por don Francisco I. Madero, y continuada por don Venustiano Carranza dio fin a un régimen caduco que propiciaba grandes desigualdades y en el que los más desfavorecidos eran campesinos y obreros, principalmente.

Pero sobre todo avivó la esperanza de toda una nación que aspiraba una vida democrática con igualdad y justicia social, preceptos que se vieron consolidados en la carta magna de 1917.

En este sentido, las Fuerzas Armadas y la Guardia Nacional vemos en la transformación que actualmente vive nuestro país, el mismo propósito de las tres primeras transformaciones: el bien de la patria. 

Se enfoca en desterrar la corrupción, procurar el bienestar del pueblo, el progreso con justicia, la igualdad, el crecimiento económico, educación, salud y seguridad, entre otros rubros.

Como mexicanos es necesario estar unidos en el proyecto de nación que está en marcha, porque lejos de las diferencias de pensamiento que pudieran existir nos une la historia, el amor por la tierra que nos vio nacer y la convicción de que sólo trabajando en un mismo objetivo podremos hacer la realidad de México, esta realidad que cada día sea más prometedora.

Por lo que respecta a las Fuerzas Armadas, continuaremos poniendo todo el empeño en el cumplimiento de las misiones y tareas que tenemos encomendadas porque estamos seguros de que ese es el camino para que nuestro país siga desarrollándose.

En concordancia con esto, Ejército, Fuerza Aérea, Armada y Guardia Nacional estamos presentes en todo el territorio brindando seguridad a la ciudadanía, estamos presentes en donde el patrimonio y la integridad de la población se encuentra en riesgo por algún desastre, estamos presentes donde podemos contribuir en las acciones que se realizan para evitar la corrupción y el dispendio de recursos, estamos presentes donde se nos requiera para apoyar el progreso y bienestar. En suma, estamos trabajando por México.

En esta elevada encomienda el interés nacional está y siempre estará por encima de cualquier otro o de conjeturas que pudieran hacerse sobre nuestro trabajo, porque las Fuerzas Armadas y la Guardia Nacional tenemos claro que la subordinación al poder civil es norma, responsabilidad y convicción, debido a que la profesión militar jamás contempla aspiraciones políticas, su esencia es otra y se puede apreciar en las acciones que realizan las tropas a lo largo y ancho de la República mexicana. 

La lealtad a la patria es conciencia, deber y vocación, porque el honor de portar el uniforme militar y naval, así como el de la Guardia Nacional, así lo exige, el respeto a la Constitución, a las leyes que de ella emanan y a los derechos humanos es obligación, congruencia y certeza porque también es sinónimo de legalidad y de compromiso con México.

Los valores institucionales son fortaleza, razón y guía, porque en ellos se enmarca el desempeño de los generales, almirantes, comisarios, jefes, capitanes, inspectores, clases, soldados, marinería y escala básica, estas son las bases en el actuar de todo soldado, marino y guardia nacional.

Somos conscientes de que la mejor forma de honrar a aquel pueblo revolucionario es reconociendo su valentía, sus esfuerzos y su lucha por el país de libertades, y garantías que hoy tenemos, trabajando para que México sea cada día mejor y aseguremos el futuro de las nuevas generaciones.

Tengamos presente que la grandeza de nuestro pueblo proviene de una vasta herencia cultural y de una gran reserva de valores que atesoramos. Su fortaleza trasciende en el tiempo, ya que siempre ha sabido sobreponerse a la adversidad de cada época.

Por ello, valoremos el legado histórico que representa la Revolución mexicana y sus próceres. Y en el marco de su conmemoración, las Fuerzas Armadas y la Guardia Nacional reiteramos al pueblo de México nuestro respaldo y total compromiso con las mejores causas.

Afirmamos que nuestra lealtad es inquebrantable y nuestro amor por la patria es genuino.

Muchas gracias.

MODERADOR: Escuchemos el mensaje que dirige el licenciado Andrés Manuel López Obrador, presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.

PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR:Autoridades civiles y militares, invitados especiales de México y del extranjero.

Amigas y amigos:

Como sabemos, las tres grandes transformaciones registradas en la historia patria, la Independencia, la Reforma y la Revoluciónlograron avances esenciales muy importantes. 

El movimiento de Independencia, aunque comenzó con el noble propósito de la defensa de los pobres y de la abolición de la esclavitud, su fruto principal fue la creación de nuestra nación soberana.

El movimiento de Reforma, aunque tampoco concretó nada en beneficio del pueblo raso, hizo el milagro de separar, antes que en otros países, el poder clerical del poder civil, convirtiendo en realidad la frase bíblica de ‘al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios’. Consumó, además, el movimiento de Reforma la hazaña de enfrentar y derrotar al ejército francés, el más poderoso del mundo en esos tiempos, para lograr la segunda independencia de México.

Pero la Revolución de 1910 es la transformación más popular y profunda que se haya registrado en nuestro país. Tengamos en cuenta que desde la Independencia y durante todo el siglo XIX la estructura de dominación colonial permaneció prácticamente inalterable, los pobres siguieron siendo, en su inmensa mayoría, peones acasillados en haciendas rurales o mozos en las ciudades. La justicia social no existía ni en el discurso; tampoco la mayoría de la población participaba en política, actividad reservada a las élites liberales o conservadoras.

Recuérdese que, en más de medio siglo, el poder lo detentaron dos hombres fuertes o tiranos: Antonio López de Santa Anna, que fue 11 veces presidente de México; y Porfirio Díaz, quien gobernó, mandó por 34 años. Este último personaje se empeñó en hacer progresar al país mediante el restablecimiento de la esclavitud y con la supresión de las libertades políticas. 

El auge del henequén en Yucatán, el de la caña de azúcar en Morelos, el de la industria textil en Veracruz, Puebla y Tlaxcala, o el de la minería en Durango, Chihuahua, Sonora o Baja California Sur, por sólo poner algunos ejemplos, se logró mediante el despojo de tierras a comunidades indígenas y con el sistema de enganche que esclavizaba de por vida a los trabajadores y a sus familias.

En el porfiriato la esclavitud se llegó a ver como un mal necesario. El periódico El Universal de aquella época, predominante en los años 90 del siglo XIX, sostenía sin recato alguno que la esclavitud era una forma de progreso económico, aunque pareciera una blasfemia a la metafísica, y ponía el ejemplo de Yucatán, donde el progreso del henequén se debía a la esclavitud de los mayas.

Otro ejemplo del desinterés del régimen por el pueblo lo encontramos en 1892, cuando lo dirigentes de la confederaciónobrera de las fábricas del Valle de México envían un escrito a Porfirio Díaz por demás realista, doloroso, conmovedor, en el que le piden su intervención para que garantice el derecho al trabajo y a mejores condiciones laborales. En su argumentación le expresan: 

‘El obrero de México, señor presidente, en vano consagra su vida entera al trabajo. El obrero tiene en el presente una existencia angustiosa para procurar un mezquino alimento a su familia y en el porvenir sólo espera una vejez impotente, amargada por la miseria y afligida por enfermedades.’

Le dicen:

‘Nosotros no conocemos el ahorro, ese aliciente para el futuro que aseguraría el pan y la educación para nuestros hijos, y para nosotros algún descanso cuando se extinguiera nuestra fuerza física o cuando una mutilación -tan frecuente- nos impidiera trabajar’.

La respuesta corrió a cargo del entonces secretario de Hacienda, Matías Romero, en la cual se describe con claridad el pensamiento dominante y el carácter clasista de ese régimen. El funcionario sostiene, cito textualmente:

‘No hay texto legal que autorice al gobierno a decretar salarios, ni precios, ni horas de trabajo’ y remata: ‘tampoco el gobierno podría contraer la obligación de suministrar trabajo al obrero; el trabajo está sometido por un ineludible fenómeno natural a la ley de la oferta y la demanda’. En realidad, demagogia aparte, el gobierno incumplía su responsabilidad social porque estaba convertido en un simple comité al servicio de una minoría, al servicio de potentados.

Ante esta realidad de opresión y falta de libertades, el candidato presidencial, opositor al régimen, Francisco I. Madero, da a conocer en octubre de 1910 el Plan de San Luis Potosí, en el que, desde Ladero, Texas, convoca al pueblo a tomar las armas para derrocar a la dictadura. En el plan se decía de manera clara, breve y contundente, cito:

‘México está gobernado por una tiranía que ha pretendido justificarse a sí misma con los beneficios de la paz y de la prosperidad material. Pero esa paz no descansa en el derecho, sino en la fuerza, y esa prosperidad sólo beneficia a una minoría, no al pueblo ni a la nación.’

En consecuencia, sólo quedaba el recurso de arrojar del poder a los usurpadores, por lo que se designaba el domingo 20 de noviembre para que a las 6:00 de la tarde en adelante todas las poblaciones de la República se levanten en armas.

La noticia corrió como pólvora. El 14 de febrero de 1911 Madero entra al país por Chihuahua, se pone al frente de los revolucionarios y, luego de fracasar en Casas Grandes, monta el cerco para la toma de Ciudad Juárez con el apoyo militar de Pascual Orozco y de Francisco Villa.

Estos acontecimientos causaron gran impacto en la opinión pública y la revolución maderista cundió por todo el país; había grupos rebeldes por todas partes. En marzo se levantan en armas los campesinos de Morelos, encabezados por Emiliano Zapata.

El historiador Alfonso Taracena relata que toda la República estaba envuelta en el fuego de la revolución. Los caciques de los pueblos y los amos y mayordomos de las haciendas huían y se ponían a salvo ante la furia de la peonada.

El 10 de mayo de 1911, el general Juan N. Navarro, defensor de la plaza de Ciudad Juárez, se rinde ante los revolucionarios.

El 21 de mayo en la noche, frente a la aduana de esa histórica ciudad, se firmó el convenio de paz que incluía el compromiso de denuncia de Porfirio Díaz, el nombramiento de Francisco León de la Barra, secretario de Relaciones Exteriores, como presidente interino, la expedición de la convocatoria a elecciones generales en los términos previstos en la Constitución, el cese de hostilidades y el acuerdo de que las tropas revolucionarias serían licenciadas a medida que en cada estado se fueran dando los pasos necesarios para reestablecer y garantizar la paz y el orden público.

El 25 de mayo, Porfirio Díaz renunció a la presidencia que había ocupado durante tres décadas. El viejo dictador, ya en calidad de expresidente, salió de la Ciudad de México en la noche rumbo al puerto de Veracruz, la escolta que custodió el tren estaba al mando de Victoriano Huerta, y el día 27 embarcó en el vapor “Ypiranga” rumbo a Europa.

Mientras tanto, Madero viajaba de Ciudad Juárez a la capital, y en todo el trayecto era aclamado por el pueblo, más no tanto como el 1º de junio de 1911, cuando hizo su entrada triunfal aquí, en la Ciudad de México, donde lo esperaban alrededor de 100 mil personas. La recepción fue espléndida, muy parecida a la que se le tributó al presidente Juárez el 15 de julio de 1867, una vez consumada la victoria de la República sobre el imperio y del liberalismo sobre la reacción conservadora, dos memorables momentos de la historia de México.

La revolución maderista fue verdaderamente eficaz. En sólo seis meses, a partir del 20 de noviembre de 1910, cuando se llamó al pueblo a tomar las armas, se consumó el derrocamiento de Porfirio Díaz. Hubo pérdida de vidas humanas, 14 mil hombres muertos en el campo de la revolución, según estimó Luis Cabrera en septiembre de 1912; pero este saldo, por siempre lamentable, resultaría menor al que se registró en las etapas posteriores de mayor violencia.

La libertad se había conquistado sin muchos problemas, los daños a las actividades productivas fueron mínimos y se respetaron la vida y los intereses de los extranjeros, no hubo fuga de capitales ni se debilitó la hacienda pública.

Un mes después de la entrada de Francisco I. Madero a la Ciudad de México, se informa que el corte de caja practicado en la Tesorería General arrojaba una existencia de 63 millones 70 mil pesos. Sin embargo, el trabajo para desmontar al viejo régimen y cumplir con las demandas de democracia y justicia estaba aún por comenzar. 

Por su proceder limpio y transparente como ser humano y hombre público, Madero ya ha sido juzgado por el tribunal de la historia y está colocado en el lugar que le corresponde entre los grandes héroes de México. Desde la campaña electoral su principal ofrecimiento al pueblo de México fue hacer efectivo el derecho a la libertad, y en eso cumplió con creces. Como dirigente y mandatario siempre luchó por alcanzar ese ideal que, según sus convicciones, traería aparejadala prosperidad y la paz.

Es cierto, cometió errores y no supo entender y enfrentar el problema agrario; pero, más allá de sus fallas, se adelantó como nadie a su época, fue un visionario genial, un idealista extraordinario, víctima del atraso cívico del país y de la enorme dificultad que entrañaba derrumbar a un régimen pervertido como el de Porfirio Díaz para construir una República verdaderamente democrática.

Con los asesinatos de Francisco I. Madero y José María Pino Suárez inicia la etapa más violenta de la Revolución mexicana, la cruenta lucha armada ensangrentó al país. Según cálculos de don Jesús Silva-Herzog, de 1913 a 1917 mueren por la guerra, el hambre y la epidemia de tifo, alrededor de un millón de mexicanos.

Pero, aún con el pesar de este doloroso sacrificio, no se puede sostener que la lucha revolucionaria haya sido en vano, como a veces sostienen los conservadores de manera insensata; tampoco se puede decir que al final resultó más de lo mismo.

Es indudable que la lucha del pueblo por su emancipación, acompañada de las sinceras convicciones de sus dirigentes, dio lugar a conquistas sociales muy importantes que marcaron con claridad la diferencia entre el porfiriato y el periodo posrevolucionario.

Por el sacrificio de los mexicanos que participaron en esa gesta que hoy conmemoramos, no por concesión gratuita, se creó un nuevo orden social con mayor movilidad y justicia, es decir, de ningún modo fue infructuosa la lucha contra la dictadura.

Gracias a ese movimiento popular, en la Constitución de 1917 se reconocieron las principales demandas de nuestro pueblo: el derecho de los campesinos a la tierra, el salario mínimo, la jornada de ocho horas, la organización sindical, la seguridad social, el derecho a la educación, y a pesar de fuertes presiones de las compañías y gobiernos extranjeros, se logró recuperar el dominio de la nación sobre las riquezas naturales; en particular, se logró rescatar el petróleo.

Hoy puede decirse que en estos aspectos, en la procuración de justicia social y en hacer valer la soberanía, todos los presidentes de la época inmediata a la Revolución hicieron su parte; sin embargo, en el terreno de la democracia, con excepción de Madero, prácticamente nada aportaron los gobernantes revolucionarios.

En ese aspecto, aunque se logró derrocar la dictadura de Díaz y su engendro huertista, el pueblo permaneció al margen de la toma de decisiones y el poder, como en el porfiriato, se siguió concentrando y ejerciendo en beneficio de una élite, el grupo político surgido de la Revolución no tenía realmente vocación democrática.

Por eso son interesantes y fecundos los tiempos que vivimos. La Cuarta Transformación que estamos llevando a cabo desde abajo y entre todos no sólo está haciendo realidad el sueño de justicia de nuestro pueblo, sino también el ideal democrático con el que nació la revolución maderista de 1910.

Ahora no se impone nada, se manda obedeciendo, se respeta la Constitución, hay legalidad y democracia, se garantizan las libertades y el derecho a disentir, hay transparencia plena y derecho a la información; no se censura a nadie, no se violan los derechos humanos, el gobierno no reprime al pueblo y no se organizan fraudes electorales desde el poder federal.

El poder público ya no representa, como antes, a una minoría, sino a todos los mexicanos de todas las clases, culturas y creencias. El gobierno actúa con austeridad y se tiene autoridad moral, no se tolera la corrupción ni se permite la impunidad. En la práctica no hay fueros ni privilegios, se protege la naturaleza, se auspicia la igualdad de género, se repudia la discriminación, el racismo y el clasismo, y se fortalecen valores morales, culturales y espirituales, y se cuida y se promueve, como lo estamos haciendo el día de hoy, el patrimonio cultural e histórico de México.

La infamia cometida contra Madero nos ha enseñado que para un poder público dispuesto a transformar no hay mejor aliado que el propio pueblo. Nada bueno -lo digo de manera respetuosa, en términos políticos- nada bueno se puede esperar de políticos corruptos, de la prensa que se vende o se alquila, de intelectuales convenencieros y de potentados dominados por la codicia.

La clave está en la frase del presidente Juárez: ‘Con el pueblo todo, sin el pueblo nada’. En nuestro caso, si no estuviéramos respaldados por la mayoría de los mexicanos y, en especial, por los pobres, los conservadores ya nos habrían derrotado o habríamos tenido que rectificar y someternos a sus caprichos e intereses para convertirnos en floreros o en títeres de los que se habían acostumbrado a robar y a detentar el poder económico y el poder político en nuestro país. 

México no es de un grupo, de una minoría, México es de todos los mexicanos. 

Sin el apoyo del pueblo tampoco habríamos resistido la intensa campaña en nuestra contra emprendida desde los medios informativos convencionales y las redes sociales, ni habríamos podido hacer frente a una guerra sucia tan intensa y estridente como la que padeció y Francisco I. Madero, Apóstol de la Democracia.

Siempre dijimos, ese fue mi lema de campaña por la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México en el año 2000: Por el bien de todos, primero los pobres. La expresión mencionada implica algo no menos importante. Atender a los más pobres es ir a la segura para contar con el apoyo de muchos cuando se busca transformar una realidad de opresión y alcanzar el ideal de vivir en una sociedad mejor, más justa, igualitaria y fraterna.

Además, hay algo que también heredamos de la Revolución, que en estos tiempos está resultando esencial para la transformación del país, me refiero a la contribución comprometida de las Fuerzas Armadas. A diferencia de otros ejércitos, el nuestro surgió -no lo olvidemos- surgió para oponerse al golpe de Estado que culminó en el asesinato del presidente Madero y del vicepresidente José María Pino Suárez.  Surgió el ejército actual para defender la legalidad y la democracia. No olvidemos que el actual ejército nació al día siguiente de que fue aprehendido el presidente Madero aquí, en Palacio Nacional; lo aprehendieron un 18 de febrero de 1913 y al día siguiente, 19 de febrero de 1913, nació nuestro ejército.

Desde entonces, y por esa razón, por ese origen, los integrantes de las Fuerzas Armadas son leales a la Constitución y a las instituciones, no han pertenecido ni van a pertenecer -estoy seguro- a la oligarquía. Vienen de abajo y tienen como origen e identidad al México profundo; el soldado es pueblo uniformado y por eso nunca traicionará a su gente, nunca traicionará a la libertad, la justicia, la democracia. Nunca traicionará el soldado mexicano a la patria.

¡Viva la Revolución mexicana!

¡Vivan los hermanos Flores Magón!

¡Viva Emiliano Zapata!

¡Viva Francisco Villa!

¡Viva el general Felipe Ángeles!

¡Viva Francisco I. Madero!

¡Viva Venustiano Carranza!

¡Viva Francisco J. Múgica!

¡Viva el general Lázaro Cárdenas del Río!

¡Viva México!

¡Viva México!

¡Viva México!

MODERADOR: Se les invita a ver la representación de pasajes históricos de la Revolución mexicana.

El toque militar que escucharemos es conocido como Botasilla. En tiempos de la Revolución mexicana fue utilizado para que las tropas montadas prepararan sus caballos. En la actualidad, este toque sigue vigente para indicarle al personal de armas de Caballería que debe preparar su armamento, equipo y vehículos para iniciar las misiones constitucionales encomendadas al Ejército mexicano.

(TOQUE MILITAR)

MODERADOR: La Revolución mexicana, primer movimiento social del siglo XX, representó para nuestro país una gran transformación social, donde los ideales revolucionarios de justicia social del pueblo mexicano lograron un cambio trascendental de las estructuras políticas, económicas, sociales, jurídicas y culturales, constituyendo además el inicio de la evolución institucional de las Fuerzas Armadas de tierra, mar y aire.

En esta fecha tan memorable para todos los mexicanos, la Secretaría de la Defensa Nacional invita al pueblo de México a presenciar las principales acciones y obras de hombres y mujeres que contribuyeron significativamente en la construcción de las instituciones y una cultura política moderna, los cuales se transformaron en siete documentos que dieron guía y dirección a este momento histórico del país, desde la convocatoria del Plan de San Luis, que originó el inicio de la lucha armada, seguido por la firma de los Tratados de Ciudad Juárez y los principios que motivaron el movimiento campesino del Plan de Ayala.

Posteriormente, observaremos los acontecimientos derivados de la publicación del decreto número 1421, la publicación del Plan de Guadalupe y la firma de los Tratados de Teoloyucan, acervo histórico de nuestra carta magna.

(REPRESENTACIÓN HISTÓRICA)

MODERADORA: A continuación, la cantante María Inés Ochoa, el corridista suriano Francisco Ocampo Ramírez, el trío y ensamble folclórico de la Secretaría de la Defensa Nacional y el Mariachi Monumental de las Fuerzas Armadas con sus cantantes interpretarán diversos corridos populares de la Revolución y, en compañía de la Escuela Nacional de Danza Folclórica del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, la Asociación Mexicana de Charrería y la Federación Mexicana de Charros nos deleitarán con algunos actos folclóricos.

(MÚSICA)

MODERADOR: Acto seguido, el general de División diplomado de Estado Mayor, Juan Arturo Cordero Gómez, comandante de la 1ª Región Militar y comandante de la columna del desfile, acompañado por su Estado Mayor, se desplazan para colocarse frente al presídium.

El general de División diplomado de Estado Mayor, Juan Arturo Cordero Gómez, comandante de la 1ª Región Militar y comandante de la columna del desfile, se dirige al presidente de los Estados Unidos Mexicanos.

JUAN ARTURO CORDERO GÓMEZ, COMANDANTE DE LA 1ª REGIÓN MILITAR: Licenciado Andrés Manuel López Obrador, presidente de los Estados Unidos Mexicanos y comandante supremo de las Fuerzas Armadas:

Solicito su autorización para dar inicio al desfile cívico militar de los festejos conmemorativos al 111 aniversario del inicio de la Revolución mexicana.

PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR:  Adelante, general.

(DESFILE)

MODERADORA: El general de División diplomado de Estado Mayor, Juan Arturo Cordero Gómez, comandante de la 1ª Región Militar y comandante de la columna del desfile, rendirá el parte de novedades al presidente de la República.

JUAN ARTURO CORDERO GÓMEZ: Licenciado Andrés Manuel López Obrador, presidente de los Estados Unidos Mexicanos y comandante supremo de las Fuerzas Armadas:

Informo a usted que concluyó la parada militar y aérea, desfile cívico militar conmemorativo al 111 aniversario del inicio de la Revolución mexicana. 

Participó un contingente de seis mil 719 elementos, entre los que se destacan:

891 mujeres.

335 niños.

Dos mil 52 caballos.

71 vehículos.

15 aeronaves.

La participación de carros temáticos de las 32 entidades federativas.

Cuatro bandas de música infantiles, una que fue ensamblada con la Banda de Música del Ejército y realizaron las marchas y toques militares de manera magistral.

Durante el evento se registraron cinco caídas: cuatro de jinete y caballo, y una de amazona y caballo. Afortunadamente, sin novedades que lamentar.

Son las novedades, señor presidente.

MODERADOR:  Ahora entonemos nuestro glorioso Himno Nacional.

(HIMNO NACIONAL)

MODERADORA: Para finalizar este evento, el licenciado Andrés Manuel López Obrador, presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos y comandante supremo de las Fuerzas Armadas mexicanas, se dirige a la escolta de bandera del Heroico Colegio Militar para despedirse de nuestro lábaro patrio.

(DESPEDIDA) —

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