Diversas intervenciones durante la Presentación de la Nueva Política de Salarios Mínimos

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Palabras de las secretarias del Trabajo, Luisa María Alcalde y de Economia, Graciela Márquez; del senador Carlos Aceves del Olmo y de Juan Pablo Castañón, presidente del CCE.

MODERADORA: Bienvenidos todos ustedes.

Para dar la bienvenida y presentar la nueva Política de Salarios Mínimos invitamos a la secretaria Luisa María Alcalde Luján, quien nos dirigirá unas palabras.

SECRETARIA LUISA MARÍA ALCALDE LUJÁN: Muchísimas gracias.

Bienvenidos, bienvenidas todos a este día tan especial, en el que presentamos la Nueva Política de Salarios Mínimos.

México es un país de contradicciones. Tenemos una de las 15 economías más importantes del mundo y, al mismo tiempo, una de las 10 más desiguales.

Somos de los países más abiertos e integrados al mercado internacional y, a la par, uno de los menos inclusivos con los sectores más rezagados frente al proceso globalizador.

Nuestra población es de las que más horas trabaja al día y, al mismo tiempo, es de las que menos salario percibe.

Nuestras empresas crecen y se posicionan en el mercado nacional e internacional, mientras que un 57 por ciento de nuestros trabajadores siguen excluidos del sector formal de la economía. Un país repleto de talento y potencial con un bono demográfico excepcional, pero donde los jóvenes no encuentran trabajo.

Estas contradicciones son graves y arraigadas, pues arrastran más de tres décadas de políticas laborales cuyo eje ha sido la precarización del trabajo y la contención del salario mínimo.

Estas medidas produjeron efectos económicos y sociales adversos, que se vieron reflejados, sobre todo, en los bolsillos de los trabajadores que perciben menos ingresos.

A partir de 1976, año en que se registró el pico más alto, el salario mínimo ha seguido una pauta descendiente hasta perder más del 70 por ciento de su poder adquisitivo al día de hoy.

Si a inicios de los 80 con un salario mínimo se podía comprar 51 kilos de tortilla, para inicios de la década actual solo podían comprarse cinco kilos.

En aquellos años alcanzaba para ocho kilos y medio de huevo, en la presente década solo alcanza para 1.7.

De poder adquirir 18 litros de leche, ahora con un salario mínimo se puede comprar únicamente 4.6 litros.

Los trabajadores que en la actualidad reciben un salario mínimo, tendrían que laborar tres jornadas más que un trabajador de la década de los 70 para mantener el mismo nivel de vida.

La política de contención también provocó que el salario mínimo de México se ubique en los lugares más bajos de los países de la OCDE y de América Latina. Este rezago es una anomalía pues los trabajadores de países con menores niveles técnicos, de capacitación y de productividad perciben mejores salarios mínimos.

De hecho, al aumento en productividad que se registró en las últimas décadas no le correspondió un aumento al salario mínimo. Por el contrario, discurrieron por trayectorias inversas. Aunque la productividad se incrementó durante las últimas décadas, el ingreso de los trabajadores continuó disminuyendo.

Esto quiere decir que los beneficios del aumento en productividad se concentraron en otros factores de la producción o estratos laborales.

Recapitulando. En México el salario mínimo no alcanza para lo mínimo. Por tanto, estamos ante un franco incumplimiento con el mandato constitucional que le dio origen a esta institución.

Tras una prolongada espera, finalmente ha llegado la hora de romper con las políticas salariales del pasado y plantearse nuevos paradigmas que nos permitan dignificar el trabajo y rescatar su valor.

La recuperación gradual del salario mínimo es una medida clave, impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador que, en conjunto con otras políticas de fortalecimiento del mercado interno, permitirá reducir y superar la pobreza, mejorar la distribución del ingreso y avanzar hacia una sociedad más incluyente e igualitaria.

El consenso que hoy alcanzamos gobierno, empresas y trabajadores, coloca al salario mínimo en una ruta de recuperación progresiva, responsable y sostenible.

Según los consensos alcanzados hoy por la Comisión Nacional de Salarios Mínimos, para 2019 se fijará el salario mínimo general en 102.68 pesos y en 176.72 en la zona libre de la frontera norte.

Se trata a nivel nacional de un aumento del 16.21 por ciento. Mientras que en los municipios que conforman la zona fronteriza el salario mínimo vigente en 2018 se duplicará.

Por primera vez, en muchos años se ha logrado ubicar el salario mínimo a la par de la línea de bienestar individual. Sin que ello signifique que sea suficiente, es un primer paso en la dirección correcta.

El reto durante el presente sexenio es pasar de un salario mínimo a un salario digno, que garantice un piso de bienestar para todas las familias mexicanas.

Con la nueva política de recuperación del salario mínimo se comienza a saldar una deuda histórica con los trabajadores de menores ingresos. Además, gracias a ello, incrementará el consumo y se dinamizará la economía, el mercado interno, lo cual va a favorecer al crecimiento de los negocios y las empresas.

Con esta decisión, también comenzamos a honrar el compromiso que el Estado mexicano asumió con los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 de la ONU, entre cuyas metas se encuentra que los países adopten políticas salariales para lograr progresivamente una mayor igualdad.

De igual modo, con este viraje en la política de salarios mínimos comenzamos a atender la recomendación 34-2018 de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, que nos conmina en el ámbito de nuestras competencias a asumir los acuerdos necesarios para incrementar el salario mínimo, a partir del ejercicio fiscal 2019, considerando como mínimo lo expuesto por el Coneval, en relación con la línea de bienestar y, en este mismo sentido, considerar la relación existente entre salario mínimo y la cantidad de personas promedio por hogar mexicano.

En todo este proceso merecen un reconocimiento los representantes de las empresas y de los trabajadores, han demostrado una enorme sensibilidad y disposición de respaldar el incremento. Así, demostramos que nos va mejor cuando llegamos a consensos para impulsar un país incluyente e igualitario. A esta senda han colaborado todas y todos los aquí presentes, nuestro reconocimiento.

Asimismo, como asignatura pendiente y prioritaria, continuar con el proceso de recuperación del poder adquisitivo del salario mínimo, a la par que se impulsa la revisión de los salarios mínimos profesionales, con miras a su fortalecimiento y a su adecuación con las nuevas realidades del mundo del trabajo.

Entre otras cosas, es fundamental incorporar en el corto plazo a las trabajadoras del hogar y a los jornaleros agrícolas entre las categorías ocupacionales.

La política laboral del nuevo gobierno es fundamentalmente social e incluyente. El aumento del salario mínimo es un factor esencial dentro de una política integral para dignificar el mundo del trabajo.

Incorporar a millones de jóvenes a empresas para que los capaciten, impulsar la justicia laboral y la democracia sindical, proteger los derechos de los sectores más vulnerados, reducir la informalidad y promover el diálogo abierto y responsable entre todos los factores de la producción para lograr que el trabajo digno, justo, decente y suficiente sea una realidad en México.

Todo esto se traducirá en mayor productividad, mejor desempeño económico, menor desigualdad y mayor bienestar para las y los trabajadores y sus familias.

Ya no hay lugar a dudas. Es necesario impulsar una trasformación de fondo de política salarial. Existe el consenso, la evidencia y la voluntad de las partes necesarias para lograrlo durante el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. 

Hagámoslo juntos, hagámoslo ahora. Muchas gracias.

MODERADORA: Gracias por sus palabras, secretaria.

Cedo la palabra a la doctora Graciela Márquez Colín, secretaria de Economía.

SECRETARIA GRACIELA MÁRQUEZ COLÍN: Buenas tardes a todas y todos.

El día de hoy que, lo comentaba hace un momento con los miembros del presídium, es en realidad un día de celebración y de fiesta.

La frontera norte se caracteriza por tener un mercado laboral muy dinámico, que absorbe una cantidad importante de mano de obra, proveniente de distintas partes del país.

Es, como se sabe, la última frontera para muchos de los migrantes potenciales hacia los Estados Unidos. Muchos de ellos llegan a esta zona del país y deciden buscar una última oportunidad antes de emprender el peligroso y riesgoso camino hacia otro país en busca de un mejor futuro para ellos y sus familias, en la medida en la que puedan encontrar una oportunidad laboral mejor remunerada de la que tenían en sus comunidades de origen.

Quizá muchos de ellos desistan de abandonar el país y opten por seguir contribuyendo con su esfuerzo y su talento al desarrollo de México.

En este sentido, el aumento en el salario mínimo que hoy se propone, busca ofrecer un mejor nivel de vida a muchos de nuestros connacionales que de otra manera optarían por emigrar.

Por otro lado, en los últimos años, el número de mexicanos que ha sido deportado o repatriado al país ha crecido de manera considerable.

Muchos de ellos son trasladados únicamente a los cruces fronterizos y, ante la ausencia de recursos para regresar a sus comunidades de origen o ante la expectativa o posibilidad de regresar a los Estados Unidos, han optado por quedarse a vivir o trabajar en la frontera norte.

En parte por ese motivo, los indicadores socioeconómicos y las condiciones de vida en varias ciudades fronterizas se han deteriorado significativamente.

Es por ello que se convierte en un imperativo fortalecer la economía de la frontera y promover acciones que se traduzcan en un mayor dinamismo de la economía en esa zona del país.

En ese sentido, tanto las medidas fiscales que se han propuesto para la zona fronteriza, como el mejoramiento de los ingresos de los trabajadores en la parte más baja de la escala salarial, se convertirán en elementos que contribuyan a la dinamización de la zona norte del país al fortalecer la capacidad de compra de los trabajadores mexicanos y al mejorar, perdón, y a mejorar los incentivos para establecer nuevas empresas y negocios en la región fronteriza.

Así, el aumento al salario mínimo en la frontera se convertirá en un elemento que contribuirá de manera decidida al fortalecimiento del mercado interno en la zona fronteriza, ya que mejorará significativamente la capacidad de compra de miles de trabajadores mexicanos.

La economía de la frontera se caracteriza, al igual que el resto del país, por tener un carácter predominantemente informal.

Hoy se sabe que un aumento del salario mínimo se puede convertir en un fuerte incentivo para que algunos trabajadores abandonen las actividades informales en busca de un empleo formal, ante la perspectiva de mejorar sus ingresos y de recibir algunas prestaciones laborales adicionales.

En este sentido, un mejoramiento de los ingresos en la formalidad puede contribuir a reducir la muy alta tasa de rotación laboral, que se observa en muchos sectores productivos de la zona fronteriza.

Así, el fortalecimiento del salario de los trabajadores puede ayudar significativamente a las empresas a reducir los costos de entrenamiento y de contratación de la mano de obra y a reducir la incertidumbre sobre la estabilidad de la plantilla laboral de las empresas establecidas en esta zona del país.

El aumento en el salario mínimo en la frontera norte, y esto hay que aclararlo y decirlo muy enfáticamente, no tendrá implicaciones inflacionarias. Esto se debe no sólo a que el impacto en los costos de producción será relativamente pequeño, sino que cualquier posible aumento en estos será más que compensado con las reducciones propuestas en las tasas impositivas que, también, se aplicarán en esta zona del país.

En este sentido, el aumento al salario mínimo tendrá fundamentalmente efectos positivos en la capacidad adquisitiva de los trabajadores mexicanos, y prácticamente efectos nulos en otras dimensiones, como la inflación o el desempleo.

En resumen, existen diversas razones para pensar que el aumento del salario mínimo en la frontera norte puede ser una poderosa herramienta de política, que contribuya, de manera simultánea, al mejoramiento de los ingresos de los trabajadores mexicanos, a retener la capacidad productiva y el talento de potenciales migrantes, a fortalecer el mercado interno e, incluso, a reducir la rotación laboral y los costos de entrenamiento para las empresas establecidas en la región fronteriza.

Además, esto podrá lograrse en combinación con otras medidas de carácter fiscal, sin que existan presiones inflacionarias, por lo que se trata de una propuesta de política innovadora que se espera redunde en una mejoría significativa en los niveles de vida de la población de esa zona del país.

Estamos seguros de que el aumento del salario mínimo en la zona fronteriza será una de las medidas más importantes para reactivar a la economía de esta región, con lo que se podrán generar más y mejores oportunidades de empleo. Y, con ello, también se espera contribuir a la muy necesaria y anhelada pacificación del país.

Con medidas como ésta, el gobierno del licenciado Andrés Manuel López Obrador refrenda su compromiso con los trabajadores mexicanos, y honra la palabra empeñada en las múltiples giras realizadas a lo largo de la frontera del país.

Muchas gracias.

MODERADORA: Agradecemos las palabras de la doctora Graciela Márquez.

Escuchemos ahora el mensaje del senador Carlos Aceves del Olmo.

SEN. CARLOS ACEVES DEL OLMO: Muy buenas tardes a todas y todos los presentes.

Señor presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Andrés Manuel López Obrador; distinguidos miembros de su gabinete.

Amigos del sector empresarial; amigos de las distintas organizaciones sindicales que están presentes.

Compañeras y compañeros de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos, que están también aquí, un saludo a todas y todos.

Distinguida representante de la Organización Internacional del Trabajo, gracias por acompañarnos a esto que, desde mi punto de vista, es un parteaguas.

Nuevamente, el tripartismo se reúne al más alto nivel de nuestra república, con la presencia del señor presidente de la república, de quienes están encargados de la política laboral y económica, de los empresarios y de los obreros.

Es un acto que esperamos que en este sexenio se repita muchas veces, pues yendo juntos, los tres factores de la producción nos entenderemos mucho más rápido y mucho más fácil.

Sentado junto al señor presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos le propuse que hagamos un pacto para que también la Comisión Nacional de Salarios Mínimos sea parte y tenga conocimiento de lo que hacemos en el tripartismo.

Este país está viviendo todos los días, todas las horas, todos los minutos y todos los segundos una revolución que usted hace, señor presidente. Una revolución de todas las cosas que usted ha puesto en su interés como jefe máximo de las instituciones y que nosotros hemos dicho, que le vaya bien al presidente, para que le vaya a bien a México y para que les vaya bien a los trabajadores.

El sector laboral está muy esperanzado de que las cosas van a ir mejorando, que no habrá los grandes beneficiados y los muchos que no reciben beneficios, en todo lo que tienen derecho, por sus contratos colectivos, porque la ley lo mandata.

Vayamos juntos para que nuestro país no sea un lugar de ricos, precisamente, pero no de pobres tan pobres. Nadie en su sano juicio puede pensar que una familia de dos pueda vivir con el salario anterior, de 80 pesos. Es imposible.

Este paso que hemos dado juntos, todos, los empresarios, el gobierno y el sector de los trabajadores, seguramente que fijará líneas de conducta para hacer muchas cosas similares.

Nuestra organización o la organización de la que hoy soy secretario general va a cumplir 83 años. Se han hecho muchas cosas durante todo ese tiempo, pero yo creo que en los próximos seis años se van a hacer más cosas de las que se hicieron en 83 años, si el ritmo de gobierno sigue como va y si las cosas nos van resultando bien.

Tiene usted esplendidos colaboradores, tiene usted la fortaleza de ir y venir, y va y viene y baja y sube, y se quita la corbata y se pone la guayabera. Lo observamos todos los días todos los mexicanos.

¿Por qué? Porque estamos interesados en ver qué hace nuestro presidente, porque estamos interesados en ayudar a ver qué podemos hacer nosotros también con el presidente.

Y aunque este acto es meramente protocolario, tiene un enorme significativo para el sector de los trabajadores, enorme, porque nos conocemos casi todos.

Y yo hago una invitación cordial a que vayamos leyendo el mismo libro todos para que las cosas nos salgan bien; a que vayamos entendiendo, junto con el sector empresarial, aquí representado por nuestro amigo Juan Pablo Castañón, para no tener saltitos y luego saltos al vacío, sino paso seguro en lo que estamos haciendo.

Yo creo que el tripartismo da para mucho, para muchísimo más. Y le pido por favor a la representante de la OIT, que lo haga saber allá, en Ginebra, porque es importante que sepan lo que hagamos, lo que hacemos nosotros, también, los mexicanos.

Y que hace poco supimos que nos habían expulsado de un lugar, CCI o una cosa así, que ni sabía yo que estábamos dados de alta ahí.

Lo que pasa es que sí nos acordábamos cuando nos cobraban 37 mil euros al año por ser miembros de esa organización.

Si nosotros hiciéramos eso, pues mejor y lo tuviéramos, lo repartiríamos con la gente y no en algún lugar en donde hace 12 años que no estamos funcionando.

Esta participación mía a lo mejor no está bien encuadrada. Yo soy un autodidacta, nunca escribo discursos. Pero voy anotando algunos de las cosas que van diciendo.

Mi amiga, la secretaria del Trabajo, tocó el punto toral, pero, además, la conozco, porque fuimos diputados juntos y estuvimos en la Comisión de Vivienda y fue muy aguerrida y ahora la veo muy bien colocada.

Mi amiga la secretaria de Economía, que nos conocimos en la cena de la Concamín, le está entendiendo a lo que hace.

Y yo simplemente tomo nota o me acuerdo y por eso esto puede parecer un cuaderno deshojado, pero son las mejores intenciones de quien maneja la CTM y preside al Congreso del Trabajo.

Muchas gracias por invitarme y yo siempre estaré listo para ver que con la ley en la mano se haga todo lo que se pueda para favorecer a la clase trabajadora, a la clase empresarial y, desde luego, al gobierno de la república.

Muchas gracias.

MODERADORA: Agradecemos sus palabras, senador.

A continuación, el maestro Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, nos dará un mensaje.

MTRO. JUAN PABLO CASTAÑÓN: Muchas gracias. Muy buenas tardes a todos.

Me da mucho gusto, señor presidente, que nos reciba aquí, en Palacio Nacional, a los factores de la producción, y que lo acompañen la secretaria del Trabajo, la secretaria de Economía y el secretario de Relaciones Exteriores. Es un gusto para nosotros estar aquí.

Y, también, es un gusto para los empresarios compartir estas decisiones, seguirlas compartiendo responsablemente con los trabajadores de México.

A todos los líderes obreros, encabezados por el presidente del Congreso del Trabajo, don Carlos Aceves, mi más sincero agradecimiento por su trabajo durante este 2018 para las empresas y la economía de México y, anticipadamente, muchas gracias por su esfuerzo para el 2019 en donde seguiremos yendo juntos construyendo una mejor patria, en donde trabajaremos y haremos nuestro mejor esfuerzo para cumplir con nuestra palabra y nuestro empeño.

De la misma forma, saludo con gusto a los dirigentes empresariales que nos acompañan y que me acompañan el día de hoy, que han estado activos y pendientes en esta conversación para lograr los acuerdos que las secretarias han anunciado.

Porque México necesita y debe ser un país más equitativo e incluyente. No sólo moralmente es impostergable, sino que, también, es económicamente necesario. La desigualdad inhibe el crecimiento económico y dificulta el desarrollo social.

Por eso, hoy, es un día muy importante, como ya se ha señalado. Después de un esfuerzo en conjunto de varios años, hemos logrado recuperar el valor del salario mínimo para que alcance la línea de bienestar y lo que sigue para el progreso y el desarrollo de las familias mexicanas.

En el sector empresarial mexicano hemos realizado una serie de esfuerzos para lograr la recuperación del poder adquisitivo del salario, sin que se vea reflejado negativamente en empleos o en inflación.

Hoy damos un paso decisivo para que el empleo formal, también, signifique seguridad económica y capacidad para tener una vida digna hacia el futuro.

En el Consejo Coordinador Empresarial no concebimos el desarrollo y el crecimiento económico de México sin nuestros trabajadores, quienes de manera incansable salen de sus casas todos los días para poner su mejor esfuerzo honradamente, para ganar el sustento de su familia y para construir un país con mejor futuro.

Uniendo la responsabilidad social de los empresarios y el interés de nuestro nuevo gobierno, y la colaboración de nuestros trabajadores, a partir de enero vamos juntos a incrementar el salario mínimo a poco más de tres mil pesos mensuales, como ya lo señaló la secretaria Alcalde, un poco por encima de la línea de bienestar, tanto en zonas urbanas, como en zonas rurales.

Este esfuerzo es reflejo de un proceso responsable, dialogado, ordenado y consistente, que deberá continuar también en los siguientes años.

En el sector privado estamos convencidos de que nuestro mayor compromiso social es generar mejores empleos y más empleos y, por tanto, mejor remunerados.

Por eso, celebramos hoy el aumento del salario mínimo con la intención de no poner en juego la inflación, el empleo, ni el poder adquisitivo de los trabajadores.

Estamos actuando todos con responsabilidad para que no haya aumentos artificiales, que estos sean realistas y que sean responsables. Y para que, en el futuro, a través de productividad, diálogo y trabajo conjunto, podamos seguir generando mejores condiciones de vida para todas las familias mexicanas.

Debemos hacerlo en conjunto, tripartitamente, sustentable; buscando que siempre la opinión del Banco de México y la Secretaría de Hacienda sean fundamentales para evitar que haya impactos en el empleo y la inflación, y así poder sostener una línea creciente de ingreso y de desarrollo. De tal forma de poder seguir dando pasos que mejoren el poder adquisitivo de los salarios mínimos de manera sostenible en el tiempo.

Por otra parte, el sector empresarial seguiremos también impulsando una mejor capacitación del capital humano, de innovación y de uso de tecnologías que puedan traducirse en mejor y mayor productividad y de crecimiento.

Así, trabajadores y empresarios, estamos poniendo cada quien de nuestra parte. Es importante que el sector público también contribuya con estas medidas para mejorar las condiciones de generación de más empleos formales y el crecimiento y creación de más empresas. Cualquiera que sea su tamaño, es importante el empleo.

Si bien hemos avanzado mucho en la formalización actualmente, casi seis de cada 10 mexicanos se ocupan en el sector informal, como lo decía la secretaria de Economía, y no tienen acceso a seguridad social. Tienen acceso deficiente en servicios de salud y perciben un ingreso insuficiente.

Hoy, un trabajador en el sector formal recibe ingresos 63 por ciento más altos que alguien que opera en la informalidad. Ahí está nuestro objetivo. Y esto, el 63 por ciento superior, sin contar las prestaciones laborales que se dan en la economía formal.

No es casualidad que los seis estados con mayor informalidad sean también los seis estados de mayor pobreza. Necesitamos reducir las cargas regulatorias que incrementan los costos laborales y desincentivan la formalización y el emprendimiento, sobre todo, para las pequeñas empresas.

Para generar más empleos se requiere un mayor esfuerzo en política fiscal, haciendo deducible las prestaciones sociales para los trabajadores, adicionales a la ley, así como ofrecer mayores incentivos fiscales a la inversión en el país, para que más pequeñas empresas inviertan en innovación y se transformen, generando mejores empleos.

Se trata de generar más puestos de trabajo y de oportunidades de manera sustentable.

En el caso de la frontera norte se hará un importante esfuerzo para elevar los ingresos de los trabajadores de los que menos ganan.

Es imprescindible que se generen compensaciones e incentivos para que se sostengan los empleos, para fomentar con productividad y sin generar distorsiones económicas, que nos permitan absorber el incremento de los costos, juntos, de manera conjunta entre trabajadores y empresarios con política pública que nos lo facilite. De otra manera, correríamos el riesgo de generar pérdida de empleos y de inversión en una zona en donde se busca favorecer la inversión y el empleo.

Todos, todos los aquí presentes y muchos más queremos que los mexicanos tengamos más y mejores empleos con mejores ingresos.

No se trata nunca de nivelar de abajo hacia arriba, se trata de aspirar hacia arriba.

Confiamos en que la libertad creativa de la empresa, la inversión, la innovación, la productividad y la generación de valor, son el mejor camino para que en la libertad cada persona salga adelante a través de su propio esfuerzo, porque México necesita de todos los sectores de la sociedad.

Estamos seguros de que el trabajo de empresas y de trabajadores, acompañando de una política pública, que realmente fomente el empleo de manera sustancial y la inversión, permitirá a todos generar mayor bienestar a nuestras familias.

Con esto, el sector empresarial se une a la invitación del nuevo gobierno, junto con los trabajadores, para mejorar la calidad de vida de las familias mexicanas.

Y en esto, señor presidente, cuenta con el sector empresarial. Muchas gracias.

MODERADORA: Agradecemos las palabras, maestro Juan Pablo Castañón.

Fuente:
https://www.gob.mx/presidencia/prensa/diversas-intervenciones-durante-la-presentacion-de-la-nueva-politica-de-salarios-minimos

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